viernes, 23 de enero de 2015

De tal palo…tales astillas

Cuando de nacionalismo se trata Mariano Vinicio Castillo Rodríguez (Vincho) siempre sale en la conversación, pues él insiste en creer y difundir que defiende los valores patrios, la democracia y la nacionalidad dominicana.


Sin embargo, es bueno analizar, ¿de dónde viene Vincho?. Su padre, Pelegrín Castillo quien fuera senador de la República en el 1916 en la época de la intervención norteamericana, escribió un interesante ensayo en  el periódico Listín Diario en el que dejaba claro su opinión, “La mayoría del pueblo dominicano ama la paz, quiere la paz y, por consiguiente, acepta de buen grado la intervención del Gobierno Americano en cuanto sea ésta una ayuda positiva para el establecimiento del orden político y financiero a cuyo amparo estará garantizado y protegido en si vida y en su hacienda”. 

Pelegrín Castillo, descendiente del Manuel María Castillo miembro de las Fuerzas Restauradoras del sur, “coincide” la Doctrina de Monroe y el Corolario de Roosevelt de que Estados Unidos era una especie de policía internacional, es decir, un salvador de Estados en situaciones de caos o desorden, pues justifico las “frecuentes aplicaciones por el Gobierno americano a los países desordenados”, es decir las intervenciones militares, como las que se produjeron en la República Dominicana, Haití, Nicaragua y otras naciones del continente.

En su escrito planteó que restablecer la soberanía de la República solamente era posible a través de un gobierno de facto, que pudiera ser elegido por la aplicación del llamado Plan Wilson, como lo fue el gobierno de Buenaventura Báez. Decía que “bajo la égida protectora de la Gran República americana…nos señalan en estos momentos conflictivos el gobierno de facto como el puente por donde pasaremos engrandecidos al porvenir”. Y claro la familia ha seguido pensando igual, sino escuchen bien a los Castillos de hoy.

Por si fuera poco Pelegrín Castillo, el padre de Vincho Castillo, propuso “que la Bahía de Samaná, como base de estación naval de los Estados Unidos es uno de los puntos de incidencia en las relaciones de la política internacional de esa poderosa Nación con la República Dominicana, y el cual ha sido objeto de interés y de contratación desde el año 1849, aunque desgraciadamente desde el bastardo punto de vista del partidarismo político”.

Y concluye su escrito planteando que “para los Estados Unidos, en su calidad de mantenedores históricos de la Doctrina de Monroe, como fórmula de política internacional de América, constituye un verdadero derecho de legítima defensa y de seguridad nacional, el mantenimiento de su hegemonía y dominio del Mar Caribe y de la zona del Canal de Panamá”.
Lo antes escrito plantea como surge la semilla “nacionalista” de Marino Vinicio Castillo, Vinicito Castillo, Pelegrín Castillo Semán y toda la familia dueña de la Fuerza Nacional Progresista… De tal palo, tales astillas.

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